viernes, 23 de abril de 2010

Los pies sobre el asfalto se movian deprisa,
las calles rebosaban de ruidos y olores,
sujeto a la mano de su madre un niño esperaba la señal para avanzar.
Pasó frente a sus ojos una bella mariposa,
colorida y frágil, que parecia volar en el viento.
El niño soltó la mano de su madre,
avanzó para lograr alcanzar la bella mariposa,
pero en su camino, sin darse cuenta, había mil obtáculos.
De repente todos los ruidos se callaron,los olores se volvieron uno, fuerte y áspero.
Todo se inmovilizó, se abrio paso entre los obstáculos.
La madre corrió en busca de su hijo,
él, yacía en el suelo inconciente, sangrando.
Frío y sin pulso, el niño ya no podría jugar...
La madre sollozaba.
Y los ruidos retomaron y los olores se mazclaron,
todo continuaba, como debía de ser...

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