martes, 13 de septiembre de 2011

Calm down.

Este es el momento donde me tomo un lexotanil y me bajo de mi nube de tormenta.Tratar mal a todo el mundo se me esta volviendo una costumbre (asquerosa costumbre), ¿por qué? Ya me paso una vez, no quiero que me vuelva a pasar, no quiero volver a perder por jugar mal mis cartas. Alejarlos a todos, no verlos más, no hablarles más, no saber más nada de nadie... pero que basura.
Proponerse dejar de hablar de más, dejar de herir sin razón, dejar de mentirme a mi misma, dejar, dejar, dejar...dejar que las cosas tomen el rumbo que deben y no forzarlo a virar en direcciones inciertas.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Hoy es uno de esos días donde me gustaría que alguien toque el timbre de mi casa para venir a verme, pero eso jamás va a pasar.
Me hace pensar en cuando salía del colegio y esperaba que hubiese alguien en la puerta. No, nunca iba a pasar pero siempre tenía esa esperanza cuando se acercaba la última hora. O a la mañana, ponele que eran las siete pasadas, llegaba extremadamente temprano al colegio y en invierno, un bajón, como para no querer ponerte a llorar mientras viajaba o en el transcurso de las cuadras que tenía que caminar porque claramente, el colectivo no me dejaba en la puerta. Sin embargo, no sé cómo hacia, para encajarme una sonrisa, saludar, sacar tema de conversación porque así de buena onda tenía que ser yo, siempre para todos nadie para mí, so fucking nice. Cuantas cosas me trague, cuanta basura me banque sola, pago $110 por semana que una mina me hable de cosas irrelevantes y vengo acá y escribo for free lo que necesito "sacarme".
Y vos, sí, vos, me vas a matar, sabelo, pero te amo y me gusta correr el riesgo.




domingo, 4 de septiembre de 2011

This is where I'm meant to be, please don't leave me~

La necesidad de irme a la mierda (normalmente cuido mi vocabulario cuando escribo pero en este momento no tengo ni la más mínima gana) hizo que me desesperará. O sea, tranca, me mande muchas juntas en los últimos años, me gane la desconfianza, me gane las quejas, me gane los problemas, me gane una preocupación desmedida por cosas que no existen. Así que mentí, me fui, me quisieron llevar y yo claramente no tengo ganas de deberle nada, que me lleve en auto ya es deberle algo, tranquilamente puedo viajar sola y si me pasa algo mejor para ellos, la enfermita mental de la familia se muere, desaparece, mejor, genial. Así que me dejo ahí, así que di una vuelta, había gente, crucé la calle, del otro lado había oscuridad. Pasaron dos chicas, dato sin importancia, y corte. Sí, corte, sangre, dolía, dolía, dolía, dolía, pero no podía llorar, ¿qué le iba a decir?. Empecé a caminar, me prendí un Virginia, sentía la sangre, sentía las ganas de llorar, una cuadra antes me fije y Dios, ¿qué había hecho?.
Llegue, no le dije, ¿para qué le iba a decir?  Sin embargo, sin que supiese, hizo que me olvidase, que estuviese "bien", que no necesitase nada más, que me sintiese en mi lugar.
Entonces pienso, recapitulo y le veo el sentido a muchas cosas comparándolas con el presente.