jueves, 29 de diciembre de 2011

Ojalá la lógica venza al corazón.

Se me hace difícil no sentir que hay algo que esta muy mal cuando ni siquiera me dirigís la palabra. El tiempo pasa y podría decirse que de la situación inicial las cosas mejoraron, pero aún así tengo esa sensación de que no me decís todo porque, supongo, no confías lo suficiente en mí.
Pequeños actos pueden lastimar al punto de romper un corazón y por más que tu presencia sea anestesiante, la soledad se encarga de atraer el malestar instantáneamente. Puedo recurrir a encerrarme en mí en vez de pedir ayuda ya que, después de todo, ¿quién puede ayudar a dejar de pensar?  Tal vez por un rato pedirle a unos amigos de salir e ir al río para despejarme, para ser esa persona que no quiero pero que me hace sentir mejor, y es lo que voy a hacer, porque no quiero molestarte a vos con mis "te extraño, te quiero ver" (tan simple como eso y no, no lo voy a hacer).
Hay millones de cosas que me estoy tragando en este momento, que mis dedos se niegan a tipear. Gracias lógica.

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