lunes, 31 de diciembre de 2012

Goodbye, my almost lover.

Siento que es necesario hacer un balance, ajustar las cuentas, decir que no fue el mejor año pero tampoco el peor.
Peleas, rupturas, llantos, horas de estar sentado mirando a la nada misma y, a veces, pensando demasiado, extrañándote demasiado. No me voy a olvidar de los días que sentí que ya no importaba nada y pensaba en vos y eso me daba fuerzas, vos, diciéndome que siempre hay razones para estar bien, siempre podes encontrar algo por lo cual estar bien.
Hay cosas que a todos nos hicieron felices, como esos días que nos quedábamos hasta el amanecer y volvíamos a nuestras casas con las calles vacías, los cigarrillos en el balcón, las charlas-debates que terminaban en delirios, los abrazos que te quitan el aliento, los besos en la frente...no es como si no vaya a extrañarte, no es como si no nos volviésemos a ver, eventualmente, en la calle, en el bar, en la plaza, en la estación, en puerto, en los bosques, en los shoppings abarrotados de gente, siempre nos volveremos a ver.

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